Hemos hablado de rutinas diarias de cuidado facial, tanto de día como de noche, e incluso semanal, utilizando un exfoliante y mascarilla.
Hoy quiero hablaros de una rutina esencial, cuya aplicación ideal es de forma mensual, aunque dependiendo del tipo de piel se puede modificar dicha frecuencia: la limpieza facial profunda.
Y es que al margen de los cuidados diarios que podamos aplicar, la piel se regenera continuamente, generando impurezas y llegándose a acumular en la superficie de la piel obstruyendo los poros.
Los limpiadores que utilizamos de forma diaria son bastante suaves por lo general. Y esto es lo más adecuado para la piel, porque utilizando productos o maniobras más agresivas en el rostro de forma diaria, podemos provocar sensibilidad o irritación. Por lo que su aplicación no es suficiente por sí sola para llegar a espacios más recónditos.
Vamos a realizar un procedimiento, que además de limpiar nuestra piel en profundidad, eliminando las células muertas acumuladas, la hidratará y le dará un aspecto liso, sano y joven.
Este proceso se puede llevar a cabo de forma profesional en un centro de belleza, o en casa, siguiendo unos sencillos pasos:
Hoy quiero hablaros de una rutina esencial, cuya aplicación ideal es de forma mensual, aunque dependiendo del tipo de piel se puede modificar dicha frecuencia: la limpieza facial profunda.
Y es que al margen de los cuidados diarios que podamos aplicar, la piel se regenera continuamente, generando impurezas y llegándose a acumular en la superficie de la piel obstruyendo los poros.
Los limpiadores que utilizamos de forma diaria son bastante suaves por lo general. Y esto es lo más adecuado para la piel, porque utilizando productos o maniobras más agresivas en el rostro de forma diaria, podemos provocar sensibilidad o irritación. Por lo que su aplicación no es suficiente por sí sola para llegar a espacios más recónditos.
Vamos a realizar un procedimiento, que además de limpiar nuestra piel en profundidad, eliminando las células muertas acumuladas, la hidratará y le dará un aspecto liso, sano y joven.
Este proceso se puede llevar a cabo de forma profesional en un centro de belleza, o en casa, siguiendo unos sencillos pasos:
- Lo primero que haremos será recoger el cabello. Podemos hacernos un moño, cubrirlo con un gorro de ducha o utilizar un bandeau.
- Después limpiaremos el rostro de forma normal. Tanto si tenemos maquillada la piel como si no. Esto arrastrará la primera capa de impurezas de la misma, para ayudar a que los productos que vamos a utilizar penetren en profundidad.
- Humedecemos una toalla pequeña, de lavabo, con agua caliente. (Opcionalmente se puede meter unos segundos en el microondas para que alcance la temperatura ideal) Cuidado con quemarse. Este es solo un paso previo para que el poro se vaya dilatando un poco. Podemos utilizar este paso para relajarnos, tumbándonos y colocando la toalla encima del rostro durante unos minutos. Para finalizar, podemos presionar un poquito en las zonas más problemáticas, como la zona “T”, a toquecitos con la toalla.
- Aprovechando la humedad del rostro, aplicamos nuestro exfoliante habitual a modo masaje, realizando pequeños círculos y haciendo mayor hincapié en las zonas que comentábamos en el anterior punto: frente, nariz y barbilla. Evitaremos el contorno de los ojos, y aclaramos con abundante agua.
- En el siguiente paso vamos a terminar de abrir los poros por completo con una vaporización. Para ello llenaremos una olla de agua, y la pondremos a calentar hasta que hierva. Una vez haya comenzado la ebullición, la retiramos, y la ponemos en la mesa o el suelo. Nos tapamos la cabeza con una toalla, esta vez más grande, y la colocamos justo encima, de tal modo que el vapor que emana de la olla, entre en contacto de forma frontal con el rostro, durante 10 minutos. Esta técnica puede ser peligrosa. Si tienes niños o mascota, recuerda cerrar las puertas. Mucho cuidado con quemarse. Si no aguantas durante mucho tiempo, ya que puede ser incómodo, se puede hacer en varias veces (Retirar y volver a colocar la cabeza) También se puede colocar eucalipto en el agua, o extracto de menta o lavanda para facilitarlo.
- Secamos la piel con una toallita realizando suaves toques, y utilizaremos pañuelos de papel para realizar la extracción. No se debe hacer directamente con los dedos porque pueden contener gérmenes, incluso debajo de las uñas, que provoquen una infección en la piel al estar el poro expuesto. Con un papel o clínex en cada mano y con los dedos índice, se realizan presiones en los laterales de los poros obstruidos (los puntos negros) No se deben usar las uñas en ningún caso, ya que dejaremos marcas en la piel que pueden volverse manchas después. Por lo general una vez dilatado el poro, no debería ser necesario realizar demasiada presión. Aunque hay que ser minuciosos, sobre todo en las aletas de la nariz.
- Con nuestros poros limpios, pasamos a tonificar la piel, utilizando el tónico habitual de nuestra rutina diaria, acompañada de un disco desmaquillador o un algodón. (Recuerda no utilizar en los ojos)
- Utilizaremos una mascarilla para cerrar los poros y aportar una función adecuada al tipo de piel o estado en que se encuentre en ese momento, realizando un diagnóstico de piel si no lo tenemos claro. Os dejo el enlace con los pasos necesarios. Una vez sepamos lo que nos pide nuestra piel, utilizaremos una mascarilla u otra. Para pieles grasas, usaremos mascarillas con propiedades purificantes como las arcillas, que terminan de limpiar el rostro y aportan frescor. En pieles secas, mascarillas con extractos suavizantes, como la manzanilla o la camomila. Esta también se puede aplicar en pieles sensibles y normales. Si la piel se encuentra apagada, pálida o sin brillo, una mascarilla que potencie la luminosidad de la piel será perfecta. Las que contienen principios activos como el carbón, o limón van fenomenal. Dejamos actuar entre 15 y 20 minutos y retiramos. En este paso se puede aprovechar para aplicar parches de contorno de ojos, bien anti edad o anti fatiga. Si no tenemos, podemos utilizar los típicos antifaces de gel frío, o meter en el congelador un ratito antes un par de bolsitas de manzanilla y dejarlas reposar en los ojos durante el efecto de la mascarilla.
- Lo ideal sería aplicar una ampollita de vitamina c a continuación, pero si no tenemos, utilizaremos como de costumbre nuestro serum, crema hidratante y contorno de ojos.