Tipos de blush y su aplicación

Es uno de los productos más importantes y que necesitamos para conseguir un maquillaje perfecto. Aporta una pincelada dulce y femenina, que favorece de forma natural. ¡Saquémosle todo el partido!

Su orden de aplicación es en último o penúltimo lugar. Hay unos que prefieren dejar para el final el labial y otros el colorete. Esto va en gustos. Lo importante es haber aplicado la base y correctores, y haber terminado los ojos, para así hacernos una idea de la intensidad de blush que precisamos.

Lo podemos encontrar en diferentes formatos:

En polvo: es el más conocido, pudiendo encontrarlo en formato suelto o compacto. De acabado mate, nacarado o con destellos. Es muy ligero y ayuda a suavizar las facciones. Se utiliza una brocha biselada fina o un pincel ancho. (Si quieres saber qué tipo de brocha usar pincha aquí) Se impregna con muy poca cantidad y se aplica en pequeños toques. Es preferible volver a coger producto en vez de pasarnos y emplear demasiado. Os recomiendo probar primero su pigmentación en el dorso de la mano, para así calcular la cantidad que se necesita. Muy recomendado para pieles grasas o mixtas.

Polvo compacto

Polvo suelto
En crema: tiene una fórmula muy similar a las barras de labios, hecho de cera y pigmentos de color. Es ideal para el verano, ya que es resistente al agua, al calor y a la transpiración. Se aplica con esponja humedecida o con la yema del dedo, pudiendo así graduar la intensidad. Deja un efecto jugoso en la piel y la hidrata. Se recomienda su uso en pieles secas pudiendo aportar quizás demasiados brillos a las grasas.
En barra: fresco y suave. Se desliza fácilmente por lo que es muy cómodo de utilizar, además de conseguir un efecto muy natural. Se puede difuminar suavemente con los dedos para integrarlo mejor.
En mousse: este formato es perfecto si buscamos un acabado mate con ligeros brillos, que aporte frescor y que dure bastante tiempo. Cunde mucho y se aplica de forma facil. Recomendado sobre todo para pieles secas.

QUÉ COLOR ELEGIR SEGÚN EL TONO DE LA PIEL

A la hora de elegir un color u otro, nos fijaremos en el tono de la piel.

Chic@s, no es lo mismo tono que subtono. Hace unas semanas, vimos cómo podemos identificar nuestro subtono de piel de forma fácil y rápida. Si no lo viste o no lo recuerdas, pincha aquí.

El rubor se elige en base a los siguientes posibles tonos:

Piel clara: rosa pálido, coral suave, melocotón.
Piel media: rosa fuerte, malva, melocotón intenso.
Piel morena: rosa fucsia, café, mandarina.

CÓMO APLICARLO SEGÚN EL ROSTRO

Hemos visto que se debe tener en cuenta la forma de la cara para conseguir un resultado armónico en infinidad de aplicaciones. Tanto en maquillaje para hacer el contouring, como en lo relativo a cortes de pelo y peinados.

Pues una vez más para aplicar el blush, también debemos tenerlo muy en cuenta. Y es que es un paso que puede marcar la diferencia cambiando todo el resultado.

Así que vamos a ver la forma de aplicación correcta para cada tipo de rostro:

Rostro ovalado: se aplica en diagonal, dibujando una ligera media luna hacia la sien partiendo del pómulo.
Rostro alargado o rectangular: se debe compensar la verticalidad que visualmente afecta al rostro, aplicando el colorete de forma horizontal, desde la mejilla hacia la oreja.
Rostro redondo: de forma muy parecida al ovalado, salvo que acentuamos aún más la media luna.
Rostro cuadrado: se deben compensar los marcados ángulos característicos de esta cara, depositando el producto en las mejillas en forma de círculo, suavizando así los rasgos.
Rostro diamante: se aplica en la parte superior de los pómulos y en dirección a las orejas, haciendo así resaltar las mejillas.
Rostro triángulo invertido o corazón: partiendo de la parte inferior de los pómulos, y aplicándolo de forma muy parecida al contorno, equilibrará la línea de la mandíbula.

CONSEJOS

Para conseguir un efecto buena cara sin que deje de ser natural en los tonos medios, aplicar un tono claro en todo el pómulo integrándolo bien, y uno más vivo en el centro del mismo, difuminándolo en pequeños círculos, hasta que se funda con el primero.
Intentar que el color de las sombras de ojos y el blush sean parejos conteniendo los mismos subtonos.
Si tienes los poros dilatados en la zona de las mejillas, utilizar un producto con textura que lo disimule, evitando los polvos que harán que destaquen más.
Descargar siempre la brocha de producto, dando un par de toques, para que se reparta bien sobre el pelo y elimine el exceso. (Nunca soplando)
Si sueles tener rojeces, a parte de neutralizarlas con corrector, tira por fórmulas que contengan partículas nacaradas que ayuden a disimularlas.
¡Sonríe! Pero de forma exagerada. Así verás desde dónde comenzar a aplicar el producto exactamente. Si tienes dudas, traza una línea imaginaria que pase por el centro de la pupila y corte en la mejilla.
Utiliza una determinada brocha dependiendo del efecto e intensidad que le quieras dar:

Para que quede muy difuminado, a mí me gusta utilizar la kabuki.
Para difuminar pero marcarlo ligeramente, la mofeta.
Para ser más precisa o que quede más marcado, la biselada.