Hagamos un pequeño test:
Estoy segura de que tienes bastante claras las respuestas. Y si todas son afirmativas: ¡mi más sincera enhorabuena! realmente conoces y practicas el secreto de la belleza natural: sabes cuidarte y notas los beneficios.
Pero… con que tan solo una de las respuestas anteriores haya sido negativa, he de decirte amiga que no llevas una vida completamente sana.
Además podemos ampliar el test para estar más seguras, con un reducido pero importante anexo:
Suma estas respuestas a las anteriores y tendrás una lista muy significativa de factores que están influyendo a diario en tu aspecto externo (sin que lo sepas), por estar reflejando tu estado interno (aún más importante).
Soy muy consciente de que la falta de tiempo suele ser el primer y principal motivo para no realizar estos obligados cumplimientos. (Y sí, digo obligados) La salud es la base fundamental y en lo primero que debes pensar antes de nada. Solo así conseguirás lucir una piel perfecta, un pelo brillante y en general una correcta armonía.
Dicho esto, vamos a detallar los cambios de rutina a realizar junto a unos pequeños consejos para que te resulte más fácil:
¡Descarga y empieza a rellenar tu propia plantilla!
No te olvides de acudir al dentista al menos una vez al año. Una sonrisa sana y bonita suma puntos siendo además una parte poderosa que destaca tu belleza.
Hoy en día si te decides a dejarlo, es relativamente fácil encontrar ayuda. Además de expertos, medicamentos y libros, existen incluso diferentes apps gratuitas para descargar en el móvil, cuyo objetivo es brindarte el apoyo necesario sin que gastes un euro. Una buena opción es el típico consejo de hacerte con una hucha (es una recomendación trillada ¡pero efectiva!) e ir metiendo el dinero que gastarías en estos vicios, ahora que has decidido dejarlo. Sería perfecto aguantar un tiempo considerable antes de abrir la hucha claro, sino no resultaría tan relevante. Y no abrirla por supuesto, hasta que hayas conseguido abandonarlos por completo. No sé, ¿qué te parece aguantar todo un año sin abrir esa hucha bajo ningún concepto? Dos cosas son seguras:
Vistas las pautas necesarias para conseguir llevar una vida saludable, te dejo unas recomendaciones extra… ¡para lucirla!
Eso es, recuerda que empezábamos hablando de que la belleza es algo natural, y ahora que conoces la fórmula para encontrarte bien por dentro, aprovecha para presumir de tu belleza externa… de forma innata.
- ¿Eres lo suficientemente activa?
- ¿Cuidas tu alimentación?
- ¿Descansas lo suficiente?
- ¿Visitas al médico o te haces reconocimientos de forma regular?
Estoy segura de que tienes bastante claras las respuestas. Y si todas son afirmativas: ¡mi más sincera enhorabuena! realmente conoces y practicas el secreto de la belleza natural: sabes cuidarte y notas los beneficios.
Pero… con que tan solo una de las respuestas anteriores haya sido negativa, he de decirte amiga que no llevas una vida completamente sana.
Además podemos ampliar el test para estar más seguras, con un reducido pero importante anexo:
- ¿Tienes algún hábito contraproducente para la salud?
- ¿Te sientes habitualmente estresada, irritada, cansada…?
Suma estas respuestas a las anteriores y tendrás una lista muy significativa de factores que están influyendo a diario en tu aspecto externo (sin que lo sepas), por estar reflejando tu estado interno (aún más importante).
Piénsalo bien y te darás cuenta de que acabamos de repasar brevemente una parte de los consejos que vamos a ver hoy. ¡Genial! Ya lo tenemos casi hecho.
Soy muy consciente de que la falta de tiempo suele ser el primer y principal motivo para no realizar estos obligados cumplimientos. (Y sí, digo obligados) La salud es la base fundamental y en lo primero que debes pensar antes de nada. Solo así conseguirás lucir una piel perfecta, un pelo brillante y en general una correcta armonía.
Dicho esto, vamos a detallar los cambios de rutina a realizar junto a unos pequeños consejos para que te resulte más fácil:
- Mantenerse activa es básico. No te voy a pedir que te vayas a correr diez kilómetros todas las tardes, pero sí que andes todo lo que puedas. Crea un calendario semanal en el que puedas planificar tu día a día, e intenta sacar entre tres y cuatro ratitos a la semana (que sumen alrededor de entre dos y dos horas y media), para hacer un poco de jogging (anteriormente conocido como footing) o dar un paseo a paso ligero por el parque más cercano con tu música favorita. Si en tu ida y venida al trabajo utilizas transporte público, seguro que ya estás ejercitándote bastante, ¡eso también cuenta! Evitar el ascensor es un plus, y si sacas al perro juega con él un buen rato, seguro que él estará encantado de colaborar 😉
- Ahora que tienes tu nuevo calendario le vas a dar otro uso estupendo: programar lo que vas a comer cada día. De esta forma te libras de improvisar sobre la marcha y ahorras tiempo. A su vez, aprovecha para darle un par de vueltas a tu alimentación habitual ¿algo que modificar? Lo ideal es mantener una dieta variada, eliminando grasas, azúcares y reducir la cantidad de carbohidratos y sal. (Yo por ejemplo como sin sal. En su lugar utilizo condimentos/especias para aportar sabor) Además, si hasta ahora no lo hacías, es un buen momento para incluir fruta y verdura al menú. Y recuerda beber alrededor de dos litros de agua diarios.
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- Si hasta ahora no venías siguiendo una dieta equilibrada, te recomiendo hacer un plan detox que te ayude a eliminar todo lo innecesario del organismo. Además, ahora en verano y con estas temperaturas, el propio cuerpo te pide desintoxicar y tomar bebidas y alimentos fresquitos.
- Las horas de sueño son fundamentales a la hora de pasar el resto del día. Y no solo eso, la calidad de las mismas también. El objetivo es dormir un mínimo de ocho horas diarias. Pero a sabiendas de que no siempre contamos con el tiempo que nos gustaría para ello, es importante tratar de aprovechar del que disponemos. Cenando al menos dos horas antes de acostarte, te aseguras de haber terminado de hacer la digestión, favoreciendo así un sueño más tranquilo. A su vez, es conveniente plantearse cenas ligeras. Despeja la mente a última hora del día. No es el momento de pensar en el trabajo que te espera mañana, la discusión con la vecina del quinto, el recibo extra que no esperabas o de dónde sacarás el tiempo para preparar la fiesta de cumpleaños de tu marido/hijo. NO. Serás mucho más productiva resolviendo problemas por la mañana. No le des vueltas en el ratito que tienes antes de acostarte. Ese momento es sagrado para relajarte, vaciar la mente y simplemente prepararte para recargar las pilas. Si te cuesta dormir, practica ejercicios de respiración, son realmente efectivos y favorecen un bienestar total. (También puedes pedirle un masajito a tu pareja. Sobre todo si has tenido un día especialmente tenso, no hay nada mejor para descongestionar cuerpo y mente)
- Tal vez ya realizas todos los puntos anteriores y sin embargo continúas sintiéndote cansada, fatigada, te sientes mal y no sabes por qué… ¿Hace mucho que no visitas al médico? Pues es un buen momento ¿por qué no? Quizás con una simple analítica, descubras un déficit de vitaminas, hierro, tal vez algo de anemia… De cualquier modo, el médico podrá identificar si hay algún problema y asesorarte sobre el mismo. Así podrás quedarte tranquila. Una sugerencia interesante, sería aprovechar ya que pides cita con el médico, pedirla también con tu enfermera. Ella puede ayudarte con el plan detox, además de confeccionarte una dieta personalizada saludable e incluso hacerte un seguimiento.
Esto último es opcional claro. Además la idea de seguir una dieta saludable no es la de adelgazar (exclusivamente. Esto quizás quieras hacerlo o quizás no). Pero la idea no es otra que reeducar la forma en que te alimentas para mantener una salud equilibrada.
No te olvides de acudir al dentista al menos una vez al año. Una sonrisa sana y bonita suma puntos siendo además una parte poderosa que destaca tu belleza.
- En este tema suelo ser bastante pesada (lo sé). Pero es importante evitar los hábitos perjudiciales como el tabaco, el alcohol, y demás sustancias nocivas para la salud. Te están afectando más de lo que piensas: por dentro, por fuera y a los que te rodean.
Hoy en día si te decides a dejarlo, es relativamente fácil encontrar ayuda. Además de expertos, medicamentos y libros, existen incluso diferentes apps gratuitas para descargar en el móvil, cuyo objetivo es brindarte el apoyo necesario sin que gastes un euro. Una buena opción es el típico consejo de hacerte con una hucha (es una recomendación trillada ¡pero efectiva!) e ir metiendo el dinero que gastarías en estos vicios, ahora que has decidido dejarlo. Sería perfecto aguantar un tiempo considerable antes de abrir la hucha claro, sino no resultaría tan relevante. Y no abrirla por supuesto, hasta que hayas conseguido abandonarlos por completo. No sé, ¿qué te parece aguantar todo un año sin abrir esa hucha bajo ningún concepto? Dos cosas son seguras:
- Después de un año habrás superado esos hábitos con creces. ¡Será increíble! Y no solo por la satisfacción de mandar tú sobre tu propio cuerpo y no al revés. Además notarás una serie de cambios asombrosos que espero que tú misma me cuentes 🙂
- Tendrás el dinero suficiente para darte un capricho para ti y solo para ti. Está claro que te lo has ganado, y no solo por este logro, sino por los que acumulas a diario, ¡que no son pocos! Así que ve pensando en algo que te apetezca muchísimo, o «varios algos»… hazte una lista y ahí tendrás una magnífica motivación.
Vistas las pautas necesarias para conseguir llevar una vida saludable, te dejo unas recomendaciones extra… ¡para lucirla!
Eso es, recuerda que empezábamos hablando de que la belleza es algo natural, y ahora que conoces la fórmula para encontrarte bien por dentro, aprovecha para presumir de tu belleza externa… de forma innata.