Así debes limpiar tus brochas de maquillaje

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    El teclado del ordenador, las llaves de casa, las monedas, los pomos de las puertas… tenemos más o menos aceptado que todos estos objetos de uso cotidiano acumulan bacterias y otros microorganismos potencialmente dañinos para nuestra salud. Sin embargo, ¿eres consciente de que tu neceser de maquillaje puede contener tantas o más bacterias que los artículos mencionados? ¿sabes que sus consecuencias pueden ser más serias porque se trata de productos que entran en contacto directo con la piel y las mucosas de tu cara? Te contamos por qué y cómo debes limpiar tus brochas de maquillaje.

    Unas brochas de maquillaje sucias no solo repercuten en un peor acabado de tu look beauty, además, pueden contaminar los productos con los que entren en contacto mientras te maquillas, tanto en crema como en polvo: colorete, polvos compactos, bases de maquillaje, sombras de ojos, iluminadores, labiales… incrementando así la probabilidad de sufrir una reacción adversa. Casi todas las brochas contienen bacterias dañinas


    Investigadores de la Universidad de Aston (Reino unido) llamaron la atención sobre este tema hace unos meses a través de un estudio publicado en la revista Journal of Applied Microbiology en el que se concluía que nada menos que nueve de cada diez productos de maquillaje contienen microorganismos perjudiciales para la salud.

    Para llegar a estas conclusiones, los científicos recogieron miles de cosméticos donados por voluntarias y los dividieron en cinco categorías: brillos labiales, barras de labios, delineadores, máscaras de pestañas y accesorios de maquillaje (esponjas, pinceles y brochas). A continuación, midieron el nivel de patógenos presentes en cada una de estas categorías y comprobaron que la cifra de artículos contaminados era muy superior a lo esperado en un primer momento.

    Los autores del seguimiento se mostraron especialmente preocupados por la presencia de bacterias como Escherichia coli, Staphylococcus aureus y Citrobacter freundii.
    • La bacteria E. coli es un tipo de bacteria que vive en el intestino. Si bien habitualmente no suele provocar problemas, algunos tipos pueden provocar fuertes diarreas y cuadros de fiebre, náuseas y cólicos. De hecho, este patógeno se esconde detrás de la mayoría de casos de diarrea del viajero.
    • Por su parte, S. aureus suele provocar infecciones en la piel, aunque si entra en contacto con el torrente sanguíneo puede llegar a causar endocarditis (infección del revestimiento que tapiza el interior de las válvulas cardiacas), neumonía e infección en la sangre (lo que a su vez conlleva el riesgo de sepsis; infección generalizada).
    • Asimismo, C. freundii es una bacteria que se encuentran frecuentemente en el agua, el suelo, la comida, vegetación… y como parte de la flora intestinal de muchos animales, además del ser humano. Está asociada a infecciones del tracto urinario, a casos de meningitis neonatal y a abcesos cerebrales.

    Los autores del trabajo encontraron, además, otras enterobacterias y hongos en la muestra estudiada. Estos investigadores detectaron que las esponjas de maquillaje eran los complementos de maquillaje que más microorganismos patógenos albergaban en su interior. Asimismo, comprobaron que estos artículos no se limpiaban con regularidad ni siquiera después de haberse usado en repetidas ocasiones o de haberse caído al suelo.

    Estos científicos advierten, además, de que en muchas ocasiones las pautas de limpieza de las brochas y esponjas es deficiente o se realiza mal. Además, hay que tener en cuenta que muchas de estas esponjas se usan después de humedecerlas, lo que las convierte en un entorno idóneo para la proliferación de hongos. Finalmente, detectaron que buena parte de las usuarias no respetaba la fecha de caducidad de los cosméticos que se aplican posteriormente sobre la cara, los ojos y los labios.

    Según los responsables del trabajo, los consumidores están poniendo en riesgo su salud sin apenas darse cuenta y sugieren que tanto los organismos reguladores de estos productos como los fabricantes de los mismos deberían advertir con mayor precisión acerca de los riesgos de no limpiarlos de manera frecuente y adecuada, así como de dar unas pautas para hacerlo correctamente. Asimismo, comentan que si bien en la mayoría de las personas el contacto con estos patógenos no suele acarrear consecuencias graves, sí puede hacerlo en caso de personas inmunodeprimidas o con patologías previas.

    Actualmente, la Unión Europea establece unas estrictas normas en lo referente a la higiene en los procesos de fabricación y comercialización de los productos de maquillaje. Asimismo, obliga a identificar claramente en los envases cuál es la fecha de caducidad una vez abierto el producto. Sin embargo, los usuarios deben hacerse responsables de cumplir con una serie de pautas que han de tener en cuenta para evitar riesgos una vez que han adquirido el producto y lo usan en casa.

    Cómo limpiar tus brochas y esponjas de maquillaje
    • Utiliza un producto específico para limpiar este tipo de productos. Si no, puedes usar un champú con pH neutro o formulado para bebés.
    • Deposita una pequeña cantidad de este jabón en la palma de tu mano y frota la brocha o pincel haciendo movimientos circulares. No aprietes demasiado para no romper la fibra.
    • Aclara con agua tibia y repite la misma operación hasta que la espuma sea blanca y el agua salga clara.
    • Sacude la brocha y retira el exceso de humedad con papel de cocina o una toalla suave cuidando de no quebrar las fibras.
    • Déjala secar sobre una superficie absorbente y asegúrate de no volver a usar tu esponja o brocha antes de que se haya secado por completo.
    • Dependiendo de la frecuencia con la que te maquilles será necesario hacer esta limpieza más o menos a menudo. También depende del tipo de producto que apliques con cada artículo. De esta manera, las brochas y pinceles que se usan para aplicar cosméticos en polvo acumulan menos residuo que aquellas que se emplean para productos líquidos o en crema. De hecho, las esponjas de maquillaje fueron las que peor paradas salieron en el estudio del que te hemos hablado. ¿Una pauta estándar?
      • Si te maquillas todos los días o con mucha frecuencia. Lava tu material de maquillaje cada semana o diez días, especialmente las destinadas a productos fluidos.
      • Si te maquillas poco. Puedes prolongar este plazo a dos o tres semanas.
      • Brochas y pinceles para productos en polvo. Lávalos una vez al mes.
      • Esponjas de maquillaje. Lávala después de cada uso y asegúrate de que está completamente seca antes de volverla a utilizar.

    Finalmente, otro consejo indispensable para mantener tu neceser a punto es no mezclar productos ni intercambiarlos con otras personas, especialmente si van a entrar en contacto con los ojos o la boca. Asimismo, respeta la fecha de caducidad de los productos de maquillaje y deséchalos en cualquier caso si ves que están cuarteados, si el componente graso se ha separado del líquido, si huelen a rancio o se ha alterado visiblemente su textura, color y olor original.
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