Le huimos a la posibilidad de tratarnos con amabilidad y compasión por temas culturales, pues existen mitos y conceptos errados alrededor de esta idea.
¿Cuáles son esos mitos?
Nada de eso es cierto.
Lo que han demostrado los estudios recientes es que cuando nos tratamos con compasión, desarrollamos la fortaleza y valentía para ser resilientes ante los tropiezos que afrontamos.
En la medida en la que nos tratamos mejor a nosotras mismas, podemos “dar” y “estar” mejor para otras personas que nos necesitan con nuestros dones, talentos y capacidades en su máximo esplendor.
Desde ese lugar de autocompasión no solo podemos ser realmente cariñosas, solidarias y empáticas con otras personas, sino que también somos más productivas, ya que respetamos nuestros propios límites y aprendemos a confiar en nosotras mismas.
Esto nos permite lograr nuestras metas desde la liviandad y no desde el maltrato.
De acuerdo con la Dra. Kristin Neff, psicóloga e investigadora de la Universidad de Texas y referente mundial en este tema, la autocompasión tiene tres elementos:
Los dos lados de la autocompasión
La autocompasión no solo tiene un lado Ying: suave, femenino o que podría ser percibido como “débil”; también tiene su complemento o lado Yang: “fuerte”, valiente y masculino. La autocompasión Ying implica:
Cuando abordas el sufrimiento desde el lado Ying, usas tu calma, ternura y bondad para transformarte y sanar.No se trata de sentir lástima, sino de tratarte con bondad. El lado Yang, también conocido como “autocompasión feroz”, implica:
Cuando abordas el dolor y el sufrimiento desde el lado Yang, te haces responsable de procurar el bienestar y la liviandad para tu vida, usando tu lado protector, motivador y proveedor.
No se trata de “reclamar tus derechos”, sino de hacerlos valer, en primer lugar, contigo misma.
Si quieres conocer tu nivel actual de autocompasión y aprender prácticas que te ayuden a fortalecer esta habilidad, entra a este enlace; creé un cuestionario con el test de la Dra. Neff.
Después que tomes el test (completamente anónimo) aprovecha y descarga mi guía práctica de Autocompasión; recopilé 12 prácticas para que comiences a tratarte como tratarías a tu mejor amiga cuando está pasando por un momento difícil.
¿Cuáles son esos mitos?
- La autocompasión se confunde con lástima, victimización, debilidad, egocentrismo o egoísmo.
- Está ligada a la “autoestima alta” o a cuidados de tipo estéticos.
- Hay frases que nos alejan de ella, tales como: “debo ser fuerte y dura para enfrentarme a la vida y lograr mis objetivos”.
Nada de eso es cierto.
Lo que han demostrado los estudios recientes es que cuando nos tratamos con compasión, desarrollamos la fortaleza y valentía para ser resilientes ante los tropiezos que afrontamos.
En la medida en la que nos tratamos mejor a nosotras mismas, podemos “dar” y “estar” mejor para otras personas que nos necesitan con nuestros dones, talentos y capacidades en su máximo esplendor.
Desde ese lugar de autocompasión no solo podemos ser realmente cariñosas, solidarias y empáticas con otras personas, sino que también somos más productivas, ya que respetamos nuestros propios límites y aprendemos a confiar en nosotras mismas.
Esto nos permite lograr nuestras metas desde la liviandad y no desde el maltrato.
De acuerdo con la Dra. Kristin Neff, psicóloga e investigadora de la Universidad de Texas y referente mundial en este tema, la autocompasión tiene tres elementos:
- Amabilidad: ser comprensiva, compasiva y paciente contigo misma, cuando te sientes inadecuada, incompetente, inepta, poco atractiva, etc.
- Reconocer tu humanidad: consiste en evitar aislarte cuando estás sufriendo, pensando que “solo a ti te pueden pasar estas cosas”. Otras personas pasan por lo mismo, además, la imperfección y el dolor son parte de la experiencia humana.
- Observar abiertamente tu experiencia: sin identificarte con ella (mindfulness). Significa tomar una perspectiva balanceada hacia tus emociones, para no negar o reprimir el dolor, sino comprender que será pasajero y no identificarte completamente con él
Los dos lados de la autocompasión
La autocompasión no solo tiene un lado Ying: suave, femenino o que podría ser percibido como “débil”; también tiene su complemento o lado Yang: “fuerte”, valiente y masculino. La autocompasión Ying implica:
- Calmarte y consolarte a ti misma cuando estás viviendo un momento difícil.
- Reconocer el dolor como una experiencia inevitable del ser humano.
- Permitirte sentir el dolor y el sufrimiento.
Cuando abordas el sufrimiento desde el lado Ying, usas tu calma, ternura y bondad para transformarte y sanar.No se trata de sentir lástima, sino de tratarte con bondad. El lado Yang, también conocido como “autocompasión feroz”, implica:
- Dar un paso adelante para protegerte.
- Reconocer que otros también lo han podido hacer.
- Atreverte a ver claramente lo que te está sucediendo, aunque te duela.
Cuando abordas el dolor y el sufrimiento desde el lado Yang, te haces responsable de procurar el bienestar y la liviandad para tu vida, usando tu lado protector, motivador y proveedor.
No se trata de “reclamar tus derechos”, sino de hacerlos valer, en primer lugar, contigo misma.
Si quieres conocer tu nivel actual de autocompasión y aprender prácticas que te ayuden a fortalecer esta habilidad, entra a este enlace; creé un cuestionario con el test de la Dra. Neff.
Después que tomes el test (completamente anónimo) aprovecha y descarga mi guía práctica de Autocompasión; recopilé 12 prácticas para que comiences a tratarte como tratarías a tu mejor amiga cuando está pasando por un momento difícil.