Un grupo de investigadores ha creado un test, que actualmente está en fase preliminar, para la detección de 18 tumores sólidos de diferentes órganos basado en el proteoma del plasma sanguíneo. En concreto, un grupo de 10 proteínas específicas de cada sexo puede detectar los tumores en estadios tempranos, según el estudio publicado este miércoles en BMJ Oncology.
Según los investigadores, estos hallazgos podrían dar el pistoletazo de salida a una nueva generación de pruebas de cribado para la detección precoz de la enfermedad, sobre todo teniendo en cuenta que existen muchas diferencias específicas por sexo en el cáncer, como la edad de aparición, los tipos de cáncer y las alteraciones genéticas.
Los investigadores consideran que se podrían utilizar proteínas sanguíneas específicas para la detección temprana y el seguimiento continuo, pero las opciones disponibles actualmente carecen de sensibilidad (precisión para detectar a las personas con cáncer) y especificidad (precisión para excluir a las personas sin cáncer), dicen los investigadores. "Se necesitan muchos más datos"
Paul Pharoah, catedrático de Epidemiología del Cáncer en el Departamento de Biomedicina Computacional del Centro Médico Cedars-Sinaí (EEUU), valora sobre esta investigación que "las pruebas sencillas de sangre que pueden detectar diversos tipos de cáncer en etapas tempranas (pruebas sensibles) y que no generan falsos positivos (pruebas específicas) son el santo grial para la detección temprana. Se han desarrollado o están en desarrollo muchas pruebas de este tipo. Este artículo informa sobre los resultados iniciales del desarrollo de una de esas pruebas. Aunque los resultados muestran cierta promesa, es demasiado pronto para estar seguros de que esta prueba resultará útil para la detección temprana del cáncer".
En declaraciones a la agencia SMC UK, recogidas por su homóloga española, el catedrático subraya que la propia síntesis de los hallazgos de los investigadores dice que “este estudio sirve como una prueba de concepto para la utilidad potencial del análisis proteómico en la detección temprana de varios tipos de cáncer”, y que “es importante señalar que este estudio representa una exploración inicial en el campo de la detección del cáncer basada en proteómica, y se requiere una validación adicional en cohortes de población más grandes para establecer la confiabilidad y generalización de nuestros hallazgos”. En otras palabras, señala Pharoah: "Este tipo de pruebas podrían ser útiles, pero se necesitan muchos más datos para afirmar algo con certeza".
"Hay algunas razones científicas básicas que limitan la interpretación de estos resultados. En primer lugar, el número de muestras utilizadas en el estudio es muy pequeño, por lo que los resultados no serán estadísticamente sólidos. En segundo lugar, las mismas muestras que se utilizaron para desarrollar la prueba se usaron para evaluar su precisión. Esto garantizará que la prueba funcione bien. La prueba debe evaluarse en muestras completamente independientes antes de poder afirmar algo definitivo sobre su precisión", añade.
Por su parte, Richard Sullivan, director del Instituto de Políticas contra el Cáncer y codirector del Centro de Investigación sobre Conflictos y Salud en el King's College de Londres (Reino Unido), declara a la misma agencia: "Hay mucha expectación en torno a las pruebas de detección temprana de múltiples tipos de cáncer (MCED, por sus siglas en inglés), y múltiples empresas y plataformas están entrando en este mercado. Sin embargo, la utilidad clínica de esta tecnología, ya sea para la evaluación rutinaria de pacientes sintomáticos o para el cribado, está lejos de ser probada".
"Los obstáculos para que esta tecnología ofrezca beneficios clínicamente valiosos son tan significativos que este enfoque completo para la detección temprana y el cribado podría fracasar. Se necesita una evaluación clínica rigurosa. Los resultados presentados en este estudio son muy preliminares y se necesitará mucha más investigación para determinar si esto tiene alguna aplicabilidad en el mundo real del cuidado del cáncer", agrega.
Según los investigadores, estos hallazgos podrían dar el pistoletazo de salida a una nueva generación de pruebas de cribado para la detección precoz de la enfermedad, sobre todo teniendo en cuenta que existen muchas diferencias específicas por sexo en el cáncer, como la edad de aparición, los tipos de cáncer y las alteraciones genéticas.
Los investigadores consideran que se podrían utilizar proteínas sanguíneas específicas para la detección temprana y el seguimiento continuo, pero las opciones disponibles actualmente carecen de sensibilidad (precisión para detectar a las personas con cáncer) y especificidad (precisión para excluir a las personas sin cáncer), dicen los investigadores. "Se necesitan muchos más datos"
Paul Pharoah, catedrático de Epidemiología del Cáncer en el Departamento de Biomedicina Computacional del Centro Médico Cedars-Sinaí (EEUU), valora sobre esta investigación que "las pruebas sencillas de sangre que pueden detectar diversos tipos de cáncer en etapas tempranas (pruebas sensibles) y que no generan falsos positivos (pruebas específicas) son el santo grial para la detección temprana. Se han desarrollado o están en desarrollo muchas pruebas de este tipo. Este artículo informa sobre los resultados iniciales del desarrollo de una de esas pruebas. Aunque los resultados muestran cierta promesa, es demasiado pronto para estar seguros de que esta prueba resultará útil para la detección temprana del cáncer".
En declaraciones a la agencia SMC UK, recogidas por su homóloga española, el catedrático subraya que la propia síntesis de los hallazgos de los investigadores dice que “este estudio sirve como una prueba de concepto para la utilidad potencial del análisis proteómico en la detección temprana de varios tipos de cáncer”, y que “es importante señalar que este estudio representa una exploración inicial en el campo de la detección del cáncer basada en proteómica, y se requiere una validación adicional en cohortes de población más grandes para establecer la confiabilidad y generalización de nuestros hallazgos”. En otras palabras, señala Pharoah: "Este tipo de pruebas podrían ser útiles, pero se necesitan muchos más datos para afirmar algo con certeza".
"Hay algunas razones científicas básicas que limitan la interpretación de estos resultados. En primer lugar, el número de muestras utilizadas en el estudio es muy pequeño, por lo que los resultados no serán estadísticamente sólidos. En segundo lugar, las mismas muestras que se utilizaron para desarrollar la prueba se usaron para evaluar su precisión. Esto garantizará que la prueba funcione bien. La prueba debe evaluarse en muestras completamente independientes antes de poder afirmar algo definitivo sobre su precisión", añade.
Por su parte, Richard Sullivan, director del Instituto de Políticas contra el Cáncer y codirector del Centro de Investigación sobre Conflictos y Salud en el King's College de Londres (Reino Unido), declara a la misma agencia: "Hay mucha expectación en torno a las pruebas de detección temprana de múltiples tipos de cáncer (MCED, por sus siglas en inglés), y múltiples empresas y plataformas están entrando en este mercado. Sin embargo, la utilidad clínica de esta tecnología, ya sea para la evaluación rutinaria de pacientes sintomáticos o para el cribado, está lejos de ser probada".
"Los obstáculos para que esta tecnología ofrezca beneficios clínicamente valiosos son tan significativos que este enfoque completo para la detección temprana y el cribado podría fracasar. Se necesita una evaluación clínica rigurosa. Los resultados presentados en este estudio son muy preliminares y se necesitará mucha más investigación para determinar si esto tiene alguna aplicabilidad en el mundo real del cuidado del cáncer", agrega.