El sexo oral es muy popular entre las personas de todas las edades. Es una forma de contacto íntimo que puede producir mucho placer sin el riesgo de embarazo. Quizá por eso mucha gente piensa que el sexo oral es completamente seguro y que no es necesario tomar muchas precauciones al hacerlo.
La falta de información y los mitos que hay sobre el sexo oral pueden poner en riesgo tu salud y bienestar. Si ya tienes sexo oral o estás pensando en hacerlo por primera vez, sigue leyendo. Te vamos a contar algunas cosas que te pueden ayudar a tener una experiencia más segura y disfrutable.
Primero lo primero, ¿qué es exactamente el sexo oral?
El sexo oral es usar la boca, lengua o labios para estimular los genitales de una pareja sexual. Hay 3 tipos de sexo oral: cuando se estimula el pene se llama felación; cuando se estimula la zona vaginal se llama cunilingus y cuando se estimula el ano se llama anilingus.
Algunas personas piensan que el sexo oral es puro disfrute sin consecuencias. Otras ni siquiera piensan que el sexo oral es sexo. Sin importar cuál sea tu opinión sobre el sexo oral, si lo vas a hacer hay dos cosas muy importantes a tener en cuenta. Primero, tanto tú como tu pareja sexual deben dar su consentimiento. Segundo, tener sexo oral te pone en riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS).
Ahora veamos algunas realidades del sexo oral y qué puedes hacer para protegerte a ti y a tu pareja.
Realidad: Con el sexo oral puedes contagiarte de ITS y la mejor manera de protegerte es usando condones o barreras dentales de látex.
En el sexo oral no hay contacto directo entre el pene y la vagina, así que no necesitas un condón para protegerte de embarazos Pero las infecciones de transmisión sexual (ITS) se pueden contagiar por cualquier secreción del cuerpo, ya sea de la vagina, del pene o de la boca. Entonces, con el sexo oral sigues teniendo el riesgo de contraer una ITS. Además, cuando tienes sexo oral en el ano, puedes ingerir caca sin darte cuenta. Esto te pone en riesgo de enfermarte de hepatitis A y B, o de parásitos como la giardia o de bacterias como el E. coli y la shigela.
Realidad: Enjuagarte la boca no va a evitar que te contagies de una ITS, lo mejor es usar un condón o una barrera bucal de látex para protegerte.
Aunque te enjuagues la boca con alcohol o agua oxigenada (¡por favor no lo hagas! esto puede causarte daño), eso no te va a proteger de las ITS. Cualquier cortadita, sangrado de encías o lesión en la boca, por pequeña que sea, facilita la entrada de bacterias y virus a tu cuerpo. Infecciones como la clamidia, gonorrea, sífilis, herpes y papiloma humano se transmiten de la boca a los genitales y viceversa. Tener clamidia o gonorrea en la garganta puede aumentar el riesgo de contraer el VIH. Algunos tipos de papiloma humano, los llamados de alto riesgo, pueden causar cáncer en los órganos reproductivos, en la boca o en la garganta.
Realidad: El semen que entra por la boca va a dar al estómago y no puede provocar un embarazo. Sin embargo, el semen si puede contagiarte de una ITS.
Para que se dé un embarazo, el semen debe entrar en la vagina para que los espermatozoides lleguen hasta el óvulo. Cuando el semen entra por la boca, nunca llega al útero, sino que va directamente al estómago donde los jugos gástricos lo digieren. Sin embargo, aunque tu estómago digiera el semen, como quiera te puedes contagiar de clamidia, gonorrea y VIH.
Realidad: Ante todo, el sexo oral debe ser algo disfrutable y divertido. Si tienes sexo oral, hazlo porque tú así lo quieres.
La comunicación con tu pareja es muy importante. Poder decirle qué se siente bien y qué no te gusta te ayudará a tener una mejor experiencia.
Si es la primera vez que vas a tener sexo oral, recuerda que todos somos diferentes y todos tenemos un olor y sabor característico en nuestros genitales. Así que no te preocupes mucho por cómo te ves “allá abajo”, ni te pongas perfumes o desodorantes ya que estos pueden causar irritación. Mientras que tengas buena salud y buena higiene, tu sabor y olor van a estar bien.
Por último, no a todas las personas les gusta el sexo oral. Y está perfectamente bien si resulta que ya lo probaste y no te gusta. O si ni siquiera lo quieres probar. Lo importante es que puedas disfrutar de tu sexualidad y que te sientas a gusto con tus decisiones.
La falta de información y los mitos que hay sobre el sexo oral pueden poner en riesgo tu salud y bienestar. Si ya tienes sexo oral o estás pensando en hacerlo por primera vez, sigue leyendo. Te vamos a contar algunas cosas que te pueden ayudar a tener una experiencia más segura y disfrutable.
Primero lo primero, ¿qué es exactamente el sexo oral?
El sexo oral es usar la boca, lengua o labios para estimular los genitales de una pareja sexual. Hay 3 tipos de sexo oral: cuando se estimula el pene se llama felación; cuando se estimula la zona vaginal se llama cunilingus y cuando se estimula el ano se llama anilingus.
Algunas personas piensan que el sexo oral es puro disfrute sin consecuencias. Otras ni siquiera piensan que el sexo oral es sexo. Sin importar cuál sea tu opinión sobre el sexo oral, si lo vas a hacer hay dos cosas muy importantes a tener en cuenta. Primero, tanto tú como tu pareja sexual deben dar su consentimiento. Segundo, tener sexo oral te pone en riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS).
Ahora veamos algunas realidades del sexo oral y qué puedes hacer para protegerte a ti y a tu pareja.
Realidad: Con el sexo oral puedes contagiarte de ITS y la mejor manera de protegerte es usando condones o barreras dentales de látex.
En el sexo oral no hay contacto directo entre el pene y la vagina, así que no necesitas un condón para protegerte de embarazos Pero las infecciones de transmisión sexual (ITS) se pueden contagiar por cualquier secreción del cuerpo, ya sea de la vagina, del pene o de la boca. Entonces, con el sexo oral sigues teniendo el riesgo de contraer una ITS. Además, cuando tienes sexo oral en el ano, puedes ingerir caca sin darte cuenta. Esto te pone en riesgo de enfermarte de hepatitis A y B, o de parásitos como la giardia o de bacterias como el E. coli y la shigela.
Realidad: Enjuagarte la boca no va a evitar que te contagies de una ITS, lo mejor es usar un condón o una barrera bucal de látex para protegerte.
Aunque te enjuagues la boca con alcohol o agua oxigenada (¡por favor no lo hagas! esto puede causarte daño), eso no te va a proteger de las ITS. Cualquier cortadita, sangrado de encías o lesión en la boca, por pequeña que sea, facilita la entrada de bacterias y virus a tu cuerpo. Infecciones como la clamidia, gonorrea, sífilis, herpes y papiloma humano se transmiten de la boca a los genitales y viceversa. Tener clamidia o gonorrea en la garganta puede aumentar el riesgo de contraer el VIH. Algunos tipos de papiloma humano, los llamados de alto riesgo, pueden causar cáncer en los órganos reproductivos, en la boca o en la garganta.
Realidad: El semen que entra por la boca va a dar al estómago y no puede provocar un embarazo. Sin embargo, el semen si puede contagiarte de una ITS.
Para que se dé un embarazo, el semen debe entrar en la vagina para que los espermatozoides lleguen hasta el óvulo. Cuando el semen entra por la boca, nunca llega al útero, sino que va directamente al estómago donde los jugos gástricos lo digieren. Sin embargo, aunque tu estómago digiera el semen, como quiera te puedes contagiar de clamidia, gonorrea y VIH.
Realidad: Ante todo, el sexo oral debe ser algo disfrutable y divertido. Si tienes sexo oral, hazlo porque tú así lo quieres.
La comunicación con tu pareja es muy importante. Poder decirle qué se siente bien y qué no te gusta te ayudará a tener una mejor experiencia.
Si es la primera vez que vas a tener sexo oral, recuerda que todos somos diferentes y todos tenemos un olor y sabor característico en nuestros genitales. Así que no te preocupes mucho por cómo te ves “allá abajo”, ni te pongas perfumes o desodorantes ya que estos pueden causar irritación. Mientras que tengas buena salud y buena higiene, tu sabor y olor van a estar bien.
Por último, no a todas las personas les gusta el sexo oral. Y está perfectamente bien si resulta que ya lo probaste y no te gusta. O si ni siquiera lo quieres probar. Lo importante es que puedas disfrutar de tu sexualidad y que te sientas a gusto con tus decisiones.