Están tan satanizadas que preferimos reprimirlas a canalizarlas. Aprender a focalizarlas no es fácil, pero si nos lo proponemos será un paso valioso para lograr el verdadero cambio. Reprimirlas puede tener consecuencias negativas en lo personal y en lo colectivo. Puede acelerar el estrés, la irritación y generar una adicción por esas sensaciones. Una calma reparadora después de 15 minutos de destrucción. Con este fin existen locales que ofrecen el servicio de acabar con un bate lo que esté en una habitación. En Chile, Argentina, Estados Unidos y España la Crash Therapy es un espacio para canalizar la ira y el estrés inherentes a la frustración característica de la era de las redes sociales. Computadores, electrodomésticos viejos, y botellas de vidrio son las víctimas de la furia que posteriormente le da paso a la calma.
Esta manera de desahogarse recibe su propia dosis de críticas. Para algunos psicólogos, la sensación reparadora que queda después de salir de los salones no soluciona el problema de fondo.
La ira, como mecanismo de supervivencia, altera el equilibrio fisiológico y mental. En otras palabras, es la respuesta a un ataque o a una amenaza. “En términos psicológicos, la ira es una emoción que surge como resultado de sentirte herido. Usualmente, se precipita cuando hay una sensación de injusticia. La ira significa que se retiren o nos den espacio para estar solos porque de alguna manera hemos sido atacados”
¿Qué hacer cuando aparece?
Al tratarse de una emoción primaria, la persona en cuestión debe entrar en diálogo con su cuerpo. Ejercicios de respiración y de autorregulación sirven para calmar el sistema fisiológico. La tensión se libera cuando hay maniobras controladas. “Sirven los movimientos en los hombros, abrir y cerrar los puños, estirar, sacudirse un poco. Lo valioso es saber que la rabia, entre más se reprima, más tendrá la necesidad de salir y por eso se va convirtiendo en emoción destructiva”
Esta manera de desahogarse recibe su propia dosis de críticas. Para algunos psicólogos, la sensación reparadora que queda después de salir de los salones no soluciona el problema de fondo.
La ira, como mecanismo de supervivencia, altera el equilibrio fisiológico y mental. En otras palabras, es la respuesta a un ataque o a una amenaza. “En términos psicológicos, la ira es una emoción que surge como resultado de sentirte herido. Usualmente, se precipita cuando hay una sensación de injusticia. La ira significa que se retiren o nos den espacio para estar solos porque de alguna manera hemos sido atacados”
¿Qué hacer cuando aparece?
Al tratarse de una emoción primaria, la persona en cuestión debe entrar en diálogo con su cuerpo. Ejercicios de respiración y de autorregulación sirven para calmar el sistema fisiológico. La tensión se libera cuando hay maniobras controladas. “Sirven los movimientos en los hombros, abrir y cerrar los puños, estirar, sacudirse un poco. Lo valioso es saber que la rabia, entre más se reprima, más tendrá la necesidad de salir y por eso se va convirtiendo en emoción destructiva”
¿Qué hacer para canalizar la ira?